Introducción
Las espinacas son un alimento nutritivo y saludable que se puede disfrutar durante todo el año. Se pueden disfrutar crudas o cocinadas. Son una buena fuente de vitamina A, C, K, ácido fólico y hierro. La congelación de las espinacas frescas es una buena manera de conservarlas para su uso posterior en recetas. La congelación preserva la mayor parte de los nutrientes, por lo que a menudo es la mejor opción para preservar la calidad de las espinacas frescas. Si desea saber cómo congelar espinacas frescas para su uso posterior en recetas, siga leyendo.
Seleccionar las espinacas
Lo primero que debe hacer antes de congelar las espinacas es elegir una buena calidad. Las espinacas deben tener un color verde brillante. Elija espinacas tiernas y jóvenes con hojas pequeñas y suaves. Si hay alguna mancha marrón o amarilla en las hojas, no las elija. Si compra espinacas frescas en un paquete, revise la fecha de vencimiento para asegurarse de que las espinacas estén frescas. Dele una ojeada a la parte inferior del paquete para asegurarse de que no haya ningún signo de humedad o moho.
Limpiar las espinacas
Lave las espinacas antes de congelarlas. Puede usar agua fría para lavar las espinacas. Quite las hojas que estén en mal estado y remueva los tallos. Después de lavar, separar las hojas limpias en trozos pequeños. Esto hace que sea más fácil congelar y descongelar las espinacas.
Blanquear las espinacas
El blanqueamiento es un proceso que ayuda a mantener la coloración verde de las espinacas. Puede blanquear las espinacas en agua hirviendo durante uno o dos minutos. Después de blanquear, quite las espinacas del agua y enfríelas en agua con hielo. Esto detiene el proceso de cocción de las espinacas y ayuda a mantener el color y los nutrientes.
Secar las espinacas
Después de blanquear y enfriar las espinacas, debe secarlas antes de congelarlas. Coloque las espinacas en un colador y déjelas escurrir durante algunos minutos. Esto ayudará a quitar el exceso de agua, lo que evitará que se forme hielo en la congelación. Si desea obtener una mejor calidad, también puede secar las espinacas con una toalla de papel.
Congelar las espinacas
Cuando las espinacas estén completamente secas, puede comenzar el proceso de congelación. Coloque las espinacas en un recipiente hermético o una bolsa para congelar. Cierre el recipiente hermético o la bolsa y etiquétela con la fecha de congelación. Ahora puede congelar las espinacas en el congelador. Para evitar que las espinacas se peguen entre sí, espolvoree un poco de agua antes de congelar. Esto ayudará a separar las espinacas cuando las descongeles.
Descongelar las espinacas
Cuando necesite usar las espinacas congeladas para una receta, debe descongelarlas primero. Puede descongelar las espinacas en el refrigerador durante la noche. Esto es mejor que descongelar a temperatura ambiente, ya que evita que las espinacas se descompongan. Después de descongelar, elimine el exceso de agua y use las espinacas como se indica en la receta.
Consejos
Cuando compre espinacas, asegúrese de comprar una cantidad que pueda congelar. No compre más de lo que necesita. Las espinacas congeladas se deben usar dentro de los seis meses. Si desea congelar una cantidad mayor de espinacas, considere congelar en porciones pequeñas. Esto le ayudará a evitar el desperdicio al descongelar solo la cantidad necesaria.
Conclusión
Ahora sabe cómo congelar espinacas frescas para su uso posterior en recetas. Si sigue estos pasos, tendrá una buena calidad y una excelente textura congeladas. La congelación de las espinacas es una buena manera de conservarlas para su uso posterior en recetas. Asegúrese de comprar una buena calidad de espinacas y siga los pasos adecuados para congelar y descongelar para lograr los mejores resultados.